Encontrar la lección…

Día a día se abren puertas y se cierran otras…

Insistir en abrir la que se cierra, es no comprender que si se ha cerrado ha cumplido su propósito en nuestras vidas. Cuando se clausura una puerta, mirar los aprendizajes que nos deja es aprehender que nada es para siempre y agradecer tanto su apertura, como su clausura, es no vivir atados a una chapa que ya no se abrirá, porque la dirección del camino de la existencia cambia.

Día a día en el proceso de la Vida, cada apertura, como cierre, trae obsequios que para el alma son sagrados. En ocasiones, una puerta nos conduce a corredores angostos, en otras, a jardines idílicos, pero cualquiera que sea la estancia donde el Universo nos lleva, hemos de recordar que la expansión del corazón puede tornar cada encuentro, como circunstancia, de gran significado para la transición del alma y sus aprendizajes.

Aproximarnos a una puerta que se abre en Consciencia, es recibir una posibilidad que nos lega la Vida, como también cerrar una chapa en Gratitud; por consiguiente, no aferrarnos a esto o aquello es la lección para fluir en el sendero donde ocurra lo que suceda, siempre somos guiados por la chispa Divina que mora en el espacio sagrado del corazón que late al unísono con el Universo Dios.

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