¿BLANCO O NEGRO?

El cuarto mandamiento, HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE, me detiene ahora…

Se trata de una vibración profunda que hemos de detenernos reflexivamente a sentir y a volver a sentir y a volver a detenernos, pues si cierto es, que en nuestro núcleo familiar se nos presenta el escenario perfecto para abrir todo ese abanico de sentimientos, ocurre que muchas veces nos quedamos en el mundo de las Sombras, ensombrecidos de tal forma que nuestro dolor por esta actitud de mamá y/o de papá, crece y crece y se vuelve de una dimensión tal, que los deshonramos y al hacerlo, deshonramos lo que se nos acerca tarde o temprano y a esa posibilidad abierta que es la Vida.

Blanco o negro, y lo digo de tal forma que no acepto matices… o es así, o no sirve. Y como nada puede ser como mis expectativas esperan que ellos sean, por que ni yo obro como mis expectativas esperan de mí, entonces me adentro mar adentro dentro de una energía que tal parece un remolino, donde lo único que puedo ser es reacción. Claro, esa reacción visceral, de juzgar eso, aquello, y hasta lo que todavía no ha sucedido…, para justificar lo que creo poder justificar, para no entrar en la interiorización de esa culpa, pues ya “me han metido tantas culpas”, que no cabe en mi equipaje una más.

“Por tu culpa“, es una frase entre muchas otras que escuché desde que boté el bote de caramelos sin querer… hasta que un día me declaran que soy culpable de que papá se fuera de la casa, por mí… Ja! Carcajadas y gritos de dolor que se convierten en tantos mecanismos de defensa, que ante aquello o esto me ayudaron para adaptarme de alguna forma ante tanta “locura” que dolía tan fuerte, que me atemorizaba paralizándome…, que me enojaba tanto…, y entonces, opté por el NEGRO y la verdad que me gusta hacérselas tan negras como me las hicieron, por que finalmente me vengo, pero lo que no entiendo, es que la vida es un espejo, y si los acuso, los juzgo, los ultrajo, me doy la vuelta… en fin, monto los uno y mil escenarios para desafiar a mis padres, o a mi madre, o a papá, me vengo únicamente de mí, sí, de mí. Y esto tiene un costo verdaderamente duro, pero no lo suelto, pues también aprendí a jugar el drama humano de la soberbia que me vuelve ciego totalmente y lo peor, es que creo que veo tan transparentemente como el agua cristalina del manantial del Caduceo…

Entonces, HONRAR A PADRE Y MADRE... ¡Qué demencia es esta! Honrarlos como son, como hayan sido… ¿Qué no importan mis sentimientos ante todo esto?

HONRAR A PADRE Y MADRE... es un paso profundo, es un sí a tu pasado, a tu ahora, a ellos, a ti, a la Vida. Honrarles, no significa que apruebes aquel acto donde obraron con enojo, por que a fin de cuentas,  ¿que todos tus actos son perfectos para juzgarles? Implica, viajar a la esencia de la esencia, donde te encuentras con que son ellos quienes con la venia Divina, prestaron lo mejor de sus vidas, para ser portadores de tu Vida y si rechazas, juzgas, retienes ira, albergas un sentimiento de rencor o de odio, hacia ellos, lo haces hacia tus orígenes y si lo haces hacia tus orígenes, lo haces hacia eso Divino que te permitió nacer y constituirte.

Regresar a aquel momento milagroso, donde sus células te constituyeron, es llenarte de GRATITUD ante ellos, es dejar las actitdes que aveces tu mismo/a has adoptado, es dejar a la cadena de la muerte, de la turbulencia que No es, para entrar a la Luz de esa Vida que si HONRAS A TU PADRE Y A TU MADRE, empezarás a Vivir y a redimensionar.

HONRAR A PADRE Y MADRE, es honrar al árbol genealógico BLANCO Y LLENO DE LUZ e inicial de tu vida, a tus raíces, a tu médula, y ver con Amor, lo que has de podar, limpiar y abonar…  es el saber ser un jardinero que usa guantes blancos de seda, para alimentar con Luz, a ese árbol que te han entregado ellos, donde harás un nido y llegarán tus polluelos a alimentarse, de la savia circulante que les podrás ofrecer, comprendiendo y agradeciendo la belleza que ellos nos han dado. 

Entonces… ¡Gracias, papá! ¡Gracias, mamá! ¡Que Viva la Vida, que Vivan papá y mamá, que Viva el Amor que Yo Soy!

Leave a Comment